Io

Io

jueves, 22 de diciembre de 2016

El amor es muy puto.

“El amor es muy puto", leyó una y otra vez, tratando de asimilar cada palabra y de comprenderla cabalmente. 
 Claro, se dijo, muy puto. 
 No le gustaban las malas palabras, pero tenía que admitir que no existía sinónimo en el castellano moderno para esa expresión soez. 
 Podía decirse que el amor era resbaladizo, egoísta, maldito, cambiante, caprichoso y hasta perverso.
Pero aun así nada definía tanto el hondo carácter del amor como la palabra puto, que no aludía a la prostitución ni a la homosexualidad, sino al filo inestable de un sentimiento que no aceptaba reglas, chantajes ni definiciones.



Jorge Fernández 

lunes, 19 de diciembre de 2016

Recuerdos de la medianoche.

El trayecto a la casa de veraneo le significó una hora de tiempo y veinte años de recuerdos. Tenía tantas cosas para pensar, tanto que recordar. 
Costa, joven y buen mozo, diciendo: Te han enviado de los cielos para enseñarnos a los mortales lo que es la belleza. Imposible elogiarte demasiado. Cualquier cosa que yo diga no te haría justicia... 
Los viajes maravillosos en su yate y las idílicas vacaciones en Psara... Las veces en que de día le llegaban regalos de sorpresa, y de noche hacían el amor desenfrenadamente. 
Después, el aborto espontáneo, las numerosas amantes, el asunto de Noelle Page. Las palizas y las humillaciones en público. 
¡Monnareemou! No tienes nada por qué vivir, había dicho. ¿Por qué no te matas? 
Y por último, la amenaza de aniquilar a Spyros. Eso fue lo que a Melina le resultó imposible de soportar. Llegó a la casa de la playa, que se hallaba desierta. El cielo estaba nublado, y un viento frío soplaba desde el mar. Un presagio, pensó. 
Entró en la casa cómoda y simpática, y paseó la mirada alrededor por última vez. Después empezó a tirar los muebles y destrozar lámparas. Hizo jirones un vestido suyo y lo dejó caer al piso, Colocó la tarjeta de la agencia de detectives sobre una mesa. Levantó la alfombra y escondió debajo el botón dorado. Luego se arrancó el reloj que le había regalado Costa y lo golpeó contra la mesa. Tomó el pantalón de baño del marido que había traído desde su casa y lo llevó a la playa. Lo mojó en el agua y regresó. Por último, quedaba una sola cosa por hacer. Ya es hora, se dijo. Respiró hondo, tomó el cuchillo de carnicero y lo desenvolvió lentamente para no romper el papel de seda en que traía envuelto el mango. Ése era el momento crucial. Tenía que clavarse el cuchillo lo suficientemente hondo como para que pareciera un homicidio, y al mismo tiempo tener fuerzas como para llevar a cabo la última parte del plan. Cerró los ojos y se lo clavó hondo, en el costado. Le dolió inmensamente y empezó a manar la sangre. Sostuvo el pantalón de baño húmedo contra la herida, y cuando estuvo bien manchado, lo guardó en el fondo de un placard. Empezaba a sentirse mareada. Miró en derredor para asegurarse de que no se había olvidado de nada; luego caminó a los tumbos hasta la puerta que daba al mar, dejando un reguero de manchas rojas en la alfombra. Avanzó en dirección al mar. La herida sangraba profusamente. 
Pensó: No voy a poder hacerlo. Costa va a ganar. No debo permitírselo. 
El trayecto le resultó interminable. Un paso más, un paso más... Siguió caminando, luchando contra el mareo que la dominaba. La vista comenzaba a nublársele. Cayó de rodillas. No debo detenerme ahora. Se levantó y continuó, hasta que sintió el agua fría en los pies. Cuando el agua salobre le llegó a la herida, dio un grito de dolor. Lo hago por Spyros, pensó. Mi hermano querido. 
Alcanzó a divisar a lo lejos una nube baja, sobre el horizonte, y comenzó a nadar hacia allá, dejando una estela de sangre. Entonces sucedió un milagro. La nube bajó hasta ella, y pudo 
sentir la blanca suavidad que la envolvía, la acariciaba. Ya no experimentaba dolor sino una maravillosa sensación de paz. 
Voy a casa, pensó, feliz. Por fin vuelvo a casa. 





(Sidney Sheldon)

jueves, 29 de septiembre de 2016

Avanzo, no me detengo.

Empieza como un carruaje, tirado por dos caballos. negros, cabalgando sobre las aguas de la noche, sus cascos levantando pequeñas estrellas, salpicando la oscuridad húmeda con su galope incansable. Al alcanzar las arenas de la frontera del sueño, se convierte en un tren.

¡Y en que tren se convierte! Un tren "art deco" negro y platino, de ensueño que devora las vías de plata con ritmo inmutable. y quizás, si escucharas con fuerza, te podrías imaginar que los latidos de su "clic clac" son palabras.
A mi alrededor se agolpa la oscuridad, se desvanece ya el sol que brilló; debemos hablar de otras cuestiones:



-Cuando me vaya, tu puedes ser io....


... Murmura el tren de ensueño a las vías. Ya viaja mas rápido que la velocidad de los sueños(ante los cuales la luz es lenta y pesada) mientras resuena y atraviesa las tierras de pesadilla, hacia el corazón del sueño.


Nota mental: La verdad es que cada impulso que reprimo, solo me estrangula.

domingo, 19 de junio de 2016

El cigarrillo.

Doblo la esquina. 
Busco en mis bolsillos. 
Tomo un cigarrillo. 
No tengo fósforos, tampoco encendedor. 
 Veo una sombra cerca. 
 Toco su espalda. 
- Disculpe -le digo muy amable- ¿me da fuego? 
El dragón complaciente, me fulmina en una llamarada.

viernes, 3 de junio de 2016

Colina de la vida.


La realidad duerme sola en un entierro
y camina triste por el sueño del más bueno. 
La realidad baila sola en la mentira
y en un bolsillo tiene amor y alegrías, 
un dios de fantasías, 
la guerra y la poesía. 



Nota mental: Saber pesa, y quema. A veces, la única forma de liberar esa urgencia de haber entendido un pedacito más del mundo empieza a tener sentido solamente cuando la compartís. El problema es que ese cachito de entender, capaz, molesta.

domingo, 29 de mayo de 2016

Cada paso que des te va a cambiar.

Acero es mi cuerpo y fuego mi sangre. He creado más de mil espadas. Desconocido para la muerte. Sin conocer la vida. Soportando el dolor para crear muchas armas. Sin embargo, estas manos jamás sostendrán ninguna. Inconsciente de la perdida. Sin conciencia de la ganancia. He soportado dolor para crear armas.Esperando la llegada, no tengo arrepentimientos. "Mi cuerpo esta hecho de espadas"... Acero es mi sangre y fuego mi corazón. He atravesado muchos campos de batalla; sin una sola victoria. Sin una sola derrota. Solo tengo que ver a un oponente. Soportando el dolor para trasformar el acero en espadas. Entonces no hay arrepentimientos en mi camino.

No hay mérito en derrotar a ese villano Pero eso crea la oportunidad para brillar y elevarse de la superficie. 


  Nota mental: La noche sin final y la lluvia que no cesa. Ambos existen en este mundo tan terrible. Jugando solo en tu mundo de fantasía, ¿no te avergüenzas de las cosas que imaginas en ese lugar?

domingo, 3 de abril de 2016

Privado.

Hay una puerta en la parte de atrás de la librería que exige mas de una llave para abrirse. Casi nunca es visible.
Nunca pisa aquí sin sentir el peso de los eones  haciendo presión desde el otro lado de la puerta. Hay un sótano en los planos, si alguien quisiera estudiarlos. Cuatro por cinco metros, con un pequeño armario.Podrá bajar volando, claro. El pozo es lo bastante amplio para sus alas, si decidiese manifestarlas. Pero la verdad no tiene prisa por llegar al fondo.
No hay polvo. Es el único que visita esto, y su piel no desprende células, así que el polvo carece de material donde formarse.
Casi ha llegado al fondo. Se acerca a la cámara final. Aquí no hay libros. Y las voces  que se alzan no son ni remotamente humanas.

-Has venido- susurran- Vienes a matarnos...
-Si.
-Somos lo que tu nos hiciste. Si tenemos defectos es por que reflejamos tus imperfecciones.

Para cuando se da vuelta para enfrentarse a ellos, sabe que es tarde. Sus provocaciones, sus maniobras, todo fue para traerle a este punto.
Un olor a metal caliente. Un sonido que se arrastra por su oído como una hoja sin afilar.
Cuando la batalla termina, bailan. Es bueno ser libre Cabalgar el aire quieto con la gracia de una navaja. Tienen mucho tiempo que recuperar.