Io

Io

miércoles, 25 de julio de 2012

Amo ser yo.


Debería estar exhausto, no he dormido en días. Pero no puedo lograr cansarme. No importa como lo intente...
No en una noche como esta. No con mi pulso golpeando mis oídos y sintiendo la ciudad llamándome como una sirena bochornosa. No tengo opción. No puedo detenerme. No puedo pararme al lado de algo esta noche.
El viento que viene del río por los techos, con olor a frío como todo en el infierno. Veinte historias debajo de mi...
Algún tonto a dos cuadras delante de mi se ríe y llama a Jesús.
Es una noche maravillosa.
Es una noche perfecta.
Es una noche de cacería.
Cada centímetro de mi se siente vivo.


Por el infierno bajo riendo, eso siempre funciona. Nadie ama a nadie, solo somos sobrevivientes.
El viento sopla loco. La electricidad zumba en mi piel y raspa en mi barba.
Otra tormenta... ¡Genial!
Una noche perfecta. Una noche de cacería.



Nota mental: Cada hombre prominente en la actualidad tiene sus discípulos, y siempre hay un Judas que escribe la biografía.